En la asamblea hemos visto una fruta del otoño, la mandarina.
Es de color naranja, redondita, huele bien...
Es de la familia de las naranjas, limones, pomelos...
Tiene vitamina C, que es buena para los catarros tan frecuentes ahora en otoño... ¡Y está rica!
Y nos hemos sentado en nuestras mesas a pelar cada uno la nuestra, poniendo a trabajar todos nuestros sentidos y trabajando la motricidad fina... ¿Y esto para qué? Para aprender a utilizar nuestros deditos con habilidad, y después poder coger los lápices, pinturas, bolígrafos, teclados de ordenador, pianos, guitarras... ¡¡Quién sabe!!
Como veréis, algunos nos emocionamos y damos mordiscos a la mandarina con piel y todo, ¡ay madre!
Esta fruta no se puede comer así, la manzana y la pera, por ejemplo, sí que se puede.
A otros nos salpica en los ojos una gotita mientras pelamos y nos hemos disgustado un poquitín, pero Neco se anima después a probar, como un campeón. :)
Si después de probar un rato no podemos pelar solos la mandarina, las profes nos dan una pequeña ayuda, abren un agujerito... Esto es lo mismo, en esencia, que cuando los papis y mamis nos cosen las cintas en las cazadoras y toallas, para que podamos colgarlas en nuestras perchas nosotros solos.
:)
Después recogemos todo, como siempre, juntos que se hace mejor.
Quizás no se llegue a escuchar bien, pero Yael tararea la canción de la rutina de recoger, mientras va llevando las cáscaras a la basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario